Aterrizar en Marte

Para entender un poco lo complicado que es hacer aterrizar una nave espacial en el planeta rojo.
Se suele decir que Marte es el mundo rocoso del Sistema Solar en el que resulta más complicado aterrizar. A diferencia de la Luna, no es posible descender únicamente con motores cohetes, ya que la presencia de una atmósfera obliga a incorporar un escudo térmico, lo que añade una masa considerable a nuestra nave espacial. Pero al mismo tiempo la atmósfera marciana es muy poco densa y resulta imposible aterrizar empleando únicamente paracaídas como en la Tierra o Venus.
Esto hace que nuestra nave se siga moviendo a velocidades supersónicas a muy poca altura sobre la superficie, teniendo tan solo un minuto, minuto y medio de tiempo antes de estrellarse. La sonda debe ser capaz de frenarse lo suficiente dentro de tan estrecho margen.
En definitiva, para posarte en el planeta rojo necesitas una combinación de escudo térmico, paracaídas y cohetes, y hasta puede que algún sistema adicional, como es el caso de airbags. Todo muy engorroso y complejo.

Toda potencia espacial que desee tocar la superficie marciana (y soñar con el viaje tripulado) debe desarrollar las tecnologías asociadas con el aterrizaje en Marte, un arte que por ahora sólo la NASA ha logrado dominar (aunque también le ha costado algunos sacrificios).