Nacimiento del fascismo hace 100 años

El Cabo Benito Mussolini era toda una celebridad durante la Primera Guerra Mundial. De opiniones variadas, se opuso a ella, la apoyó, volvió a oponerse, volvió a apoyarla…
Pero siempre hablaba del interés superior del pueblo italiano por encima de los tejemanejes de fuerzas foráneas que intentaban subvertir a la nación.

Ese discurso cautivó a un gran número de personas. Era algo diferente. Mussolini, que se había forjado en las filas del Partido Socialista Italiano por influencia de su padre, que había sobrevivido una grave herida de combate en la Primera Guerra Mundial, creaba su propia ideología política.
Una que se centraba en la oposición, tanto al socialismo marxista como al capitalismo occidental.

Su primer grupo se formó pues el 23 de Marzo de 1919, hace exactamente 100 años atrás. Se llamaban los «Fasci di Combattimento», que se inspiraban en la fuerza nacionalista y simbólica de los «Arditi», en las ideas futuristas, poéticas e irredentas de Gabriele d’Anunzio, en el «culto a los héroes» de Carlyle, en el sindicalismo y corporativismo social de Giovanni Gentile y Georges Sorel, y en la mística patriótica (aunque con su toque de escepticismo irreverente) del loco Papini.


El «Fascismo» como fue posteriormente denominado, era un estilo de vida. Hablaba de la Unión Orgánica entre las fuerzas del individuo y la comunidad. Cada uno formando parte de un todo complejo pero unido en el espíritu llamado «nación».

En realidad estas no eran ideas nuevas. La diferencia yace en la aplicación «revolucionaria» que Mussolini hace de ellas. Se reivindicaba plenamente el uso de la fuerza y la violencia contra el enemigo.
Se decía que la naturaleza humana sólo podía satisfacerse en medio de la lucha constante. La falta de combate debilitaba y volvía «marica» (sic) al hombre.
Los «Fascii di Combattimento», luego renombrados «Partido Nacional Fascista», luchaban especialmente contra marxistas, a los que veían como la principal amenaza contra el pueblo italiano.

En esto, tenían simpatías e incluso alianzas de grupos liberal-conservadores que compartían con los «fachos» las mismas ideas socioculturales, aunque se diferenciaban en lo económico y político.
De combate en combate, de ataque en ataque, los «fascistas» fueron aplastando lentamente a los comunistas y el 29 de Octubre de 1922, poco menos de 4 años de nacimiento del movimiento, Benito Mussolini era proclamado como Duce de los Italianos por el Rey Víctor Emmanuel III.

Cabe señalar que el Fascismo en sus orígenes y principios, no era «anti semita» y de hecho, miles de judíos siguieron con devoción a Mussolini, quien consideraba ridículas las «teorías racialistas» de los pensadores anglosajones de la época, especialmente los nacional-socialistas a quienes inicialmente, el «Duce» despreciaba.
Fue recién tras el «Pacto de Acero» que la Italia Fascista empezó a perseguir a judíos, aunque jamás con la virulencia que se dio en el Tercer Reich Hitleriano.

Mussolini tendría la oportunidad de derrotar por segunda vez a los marxistas, en esta ocasión brindando su apoyo al Gral. Francisco Franco durante la Guerra Civil Española. Cerca de 40.000 «camisas negras» lucharon en el Ejército Nacionalista contra los Republicanos Marxistas (Stalin desde la URSS organizó las «Brigadas Internacionales» que fueron cerca de 80 mil comunistas del mundo que fueron a luchar en dicha contienda), que terminaron siendo vapuleados por el «Caudillo de España», la Falange Tradicionalista, los Camisas Negras y la famosa «Legión Cóndor» Germana.
Pero no nos entenderemos mucho más, pues solamente estamos hablando de los «Fascii di Combattimento».
Aunque sabemos que Fascismo es Mussolini, la vida del Duce Italiano merecería capítulos propios y bastante largos.

En 1945, tras la caída de la República de Salo, finalmente fueron derrotados los últimos «camisas negras».